Lo primero que haremos será pelar los ajos. No tendremos que picarlos, porque los pasaremos directo al mortero para triturarlos.
Enseguida llevaremos al mortero el pimentón, con las guindillas o pimientos de cayena (limpios) y los ajos y el pimiento chorizero. Empezaremos a moler hasta que estos vegetales se vuelvan una especie de pasta.
agregaremos una pizca de sal, la cucharada de comino y el pimiento dulce, y seguiremos triturando para que todo se vaya mezclando.
Para integrar bien los ingredientes: iremos agregando un hilo de aceite. Continuaremos haciendo esto en el mortero, mientras seguimos machacando. Con el aceite, la salsa irá tomando una consistencia más líquida, pero tampoco hay que abusar de la cantidad de este ingrediente: usaremos un máximo de 130 mililitros .
Para terminar de obtener una consistencia líquida, agregaremos un chorrito de vinagre (máximo 20 mililitros). Mezclaremos bien todo al interior del mortero y nos aseguraremos de machacar cualquier trozos restante que tenga cierto volumen, sea de verduras o de comino.
Una vez que tengamos una consistencia homogénea, probaremos el mojo para verificar la sazón. Si hace falta, la corregiremos con un poquito más de sal.