1. En un bol mediano, añadimos la harina, el bicarbonato de sodio, la levadura en polvo, el cacao en polvo, y la sal, y mezclamos todo hasta que quede el polvo homólogo.
2. En otro bol grande, combinamos el azúcar y el aceite de girasol.
3. Añadimos y batimos los huevos, la buttermilk (mezclar la leche y el zumo de limón y reposar unos minutos antes de añadir), la vainilla, y el colorante, hasta que todo quede bien combinado.
4. Añadimos el vinagre.
5. Ahora, lentamente, añadimos los ingredientes húmedos a los ingredientes secos poco a poco, mezclando bien después de cada adición. Paramos justo cuando esté todo combinado (no queremos mezclar demasiado!).
6. Rociamos con spray desmoldante.
7. Vertemos la masa en los dos moldes.
8. Horneamos las tartas en la bandeja del medio del horno para unos 30-40 minutos, hasta que un palillo entre y salga limpio del centro de la tarta.
9. La dejamos enfriar en el molde hasta que podemos tocar el molde sin quemarnos. Ahora, pasamos un cuchillo por el borde del molde y removemos las tartas encima de una rajilla para terminar de enfriar.
10. Cubrimos las tartas con crema de Queso (125 gr de mantequilla, 150 gr de azúcar glass y 200 gr de queso crema). Mezclar la mantequilla en pomada con el azúcar glass y montar, seguidamente echar el queso crema y trabajar hasta conseguir una crema.
11. Cubrimos las tartas con crema de Queso (125 gr de mantequilla, 150 gr de azúcar glass y 200 gr de queso crema). Mezclar la mantequilla en pomada con el azúcar glass y montar, seguidamente echar el queso crema y trabajar hasta conseguir una crema.